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- Desde dentro:
“Yo ya te lo decía, pero ahora lo haces porque te lo dice el coach” me dice mi pareja. Y yo pienso “yo ya me lo decía, pero hasta ahora no lo he hecho, por qué?"
Tengo la sensación de toma de consciencia de muchas cosas que ahora las veo como elementales, pero que lo son grácias al proceso de coaching que he vivido.
Tengo la sensación de tener dentro todo lo que ahora pienso y sé, pero que no lo tenia presente y por eso no lo conocía plenamente. I la sensación es de sacar las cosas yo, en ningún momento he pensado que no hacía lo que queria y que seguía las instrucciones del coach. Esto ha sido muy importante, porque en el proceso de intersesión sigo pensando lo que he sacado de la sesión, i no tengo que pensar en “que me queria decir el coach cuando ...”, porque me lo había dicho yo mismo y lo tengo presente. La sensación es de querer ir a un sitio y tener una guia, una orientación, un GPS... pero no de los convencionales. Yo soy el protagonista y la voz, yo soy quien escoge el destino, el camino, el vehiculo... Sin olvidar que voy con un copiloto que me ayuda en el camino. El coach podria ser las aplicaciones que le dan al GPS... Asi me siento acompañado en un camino que elaboro yo.
El coaching me ha ayudado mucho, y aún lo va a hacer más. Sé que individualmente tengo que consolidar lo que he aprendido hasta ahora y que tengo diferentes frentes para trabajar individualmente.
- Chute:
En las sesiones experimento “chutes” de emoción, ilusión y compromiso que me permiten vivir los pensamientos o reflexiones de una forma muy rica. Es una experiencia impresionante, una vivencia realmente viva. En este momento la sesión coge el camino óptimo para ser una sesión real de coaching. Es como un capítulo de los Simpsons, que empieza por una temática y a partir de un hecho concreto, a veces aparentemente insignificante, el guión evoluciona hacia lugares anteriormente inimaginables.
Si el chute ha sido bueno continua en la post-sesión. Volver del camino hacia casa y no dejar la sesión atrás es muy grande. Seguramente he impactado a más de una persona por el camino que ve a un tio caminando (o conduciendo) que va solo y sonriendo, emocionándose, hablando, saltando... Pero lo que ellos no ven es a un tío más rico que antes ¡Estoy en extásis!
Si el chute ha sido especial, es presente durante la intersesión. Lo tengo presente cuando hago aquel trabajo que os contaba antes de analizar y escribir.
Y si el chute ha sido auténtico me dura permanentemente, no se va, se queda dentro de mí para siempre jamás. Ha dejado de ser un chute para convertirse en un estado permanente. A veces más latente y otras menos, pero está y me permite dar el empuje que me tengo que dar constantemente para seguir caminando.
(continua)
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